*En el Nuevo Orden, podrá participar EE.UU., pero ya no con las reglas como venía operando, no desde la Guerra Fría pero sí desde la caída de la Unión Soviética.

Por Salvador González Briceño*

¿Quién comenzó la broma? El tira y afloja entre las tres potencias que se disputan ya el “nuevo orden” mundial ha comenzado con el involucramiento más que claro de China en favor de Rusia. Luego entonces, lo primero es que el viejo orden de Guerra Fría está terminando. Lo segundo es que para el naciente comienzan ya las fuerzas a tomar forma y partido.

Y a juzgar por las últimas posturas chinas, quien ahora sí ya entendió —después de un año de conflicto donde se mantuvo ambivalente entre una pretendida neutralidad, pero sin condenar la “invasión” a Ucrania, como le demandó reiteradamente Estados Unidos—, comprendió la importancia de ir más allá de la “alianza estratégica” ruso-china.

Porque una cosa es el papel, el acuerdo y las ceremonias en los encuentros entre las partes —Xi-Putin, o sus respectivos ministros de relaciones exteriores—, como se venía manejando hasta hace muy poco en referencia a la dicha “neutralidad”, y otra muy distinta de pasar a una clara ofensiva diplomática contra Estados Unidos, contexto desde donde se “condena” cualquiera de las dos opciones: que si China ayudará enviando armas a Rusia o que si no.

Este último asunto ya es tema que ronda entre el debate y la especulación, o los primeros encontronazos entre la diplomacia estadounidense y china.

Al menos quien llegó al cargo con el sable desenvainado, el nuevo ministro de Relaciones Exteriores de China, Qin Gang, en su primera conferencia de prensa este martes 7 de marzo, primero condenó la postura de Washington sobre Taiwán.

Y planteó lo siguiente: “El pueblo chino tiene todo el derecho a preguntar: ¿Por qué Estados Unidos habla extensamente sobre el respeto de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania (ojo con la referencia al país vórtice de la guerra), mientras que no respeta la soberanía y la integridad territorial de China en relación a Taiwán? ¿Por qué Estados Unidos le pide a China que no proporcione armas a Rusia (clara cuestión sobre el abastecimiento de armamento) mientras le sigue vendiendo armas a Taiwán?”.

Quién “bloquea” a qué país

Ambos temas de referencia, tanto cuestionan a Estados Unidos por su involucramiento directo en Ucrania en la pretendida soberanía como sobre las armas enviadas a Kiev. Los dos temas candentes del momento, en cuestión por Qin y en clara referencia a Rusia.

Dicha postura se dio, tras las palabras del presidente chino Xi Jinping a Washington, al cuestionar un día antes por qué “Estados Unidos (se empeña) de reprimir el desarrollo económico de China”, lo que el diario The Wall Street Journal refirió como una “crítica inusualmente contundente a la política estadounidense”.

Afirmó Xi, además que: “Bajo el liderazgo de Estados Unidos, los países de Occidente han implementado medidas de contención, acorralamiento y represión integrales contra nosotros, lo que ha generado severos desafíos sin precedentes para el desarrollo [económico] de nuestro país”.

Cuestionamientos y críticas al decadente imperio del norte que surgen con un más que claro alineamiento con Rusia a partir de ahora. Es decir, suena a que China se suma al frente ruso-chino para las contramedidas de Occidente, particularmente de Estados Unidos.

A esto le teme Estados Unidos, pero por supuesto. Porque dicha alianza, ahora sí “estratégica” en un sentido más amplio y profundo en materia de “seguridad” de ambos países, se convierte en un frente opositor a Occidente.

Ahora sí que los temores de Washington se confirmaron: no podrá abrir dos frentes de guerra si pretende confrontar a China, pues en tal caso tendría que ser de manera “directa” (no “indirecta”, como con Rusia usando a los países europeos miembros de la OTAN), desde el Pacífico; es decir, una guerra marítima que sería de lo más complicado para el ejército naval estadounidense.

Ah, pero gran perdedor de las guerras, EE.UU. no obstante llena los campos de armamento antes de retirarse, como a los talibanes tras la huida de Afganistán, sembrando violencia. Sin olvidar que hay incapacidad para ir a una guerra directa contra Rusia o China. En la misma conferencia, Qin Gang adelantó que el aumento de las tensiones entre Washington y Beijing es “responsabilidad de Estados Unidos”.

Y vaya si conoce bien al “monstruo” porque vivió en sus entrañas —José Martí, ibidem—, como embajador de su país en donde destacó como un diplomático cauteloso y moderado, solo que ahora sacó las garras para ponerse a tono no solo de Xi como de los requerimientos y circunstancias geopolíticas del presente momento, clave en la historia del mundo en donde está en juego el Nuevo Orden Mundial.

Competencia maliciosa

También soltó Qin lo siguiente, que preocupó a la Casa Blanca: por el aumento de las tensiones, advirtió que ninguna medida preventiva podría evitar una confrontación si Estados Unidos no cambia de rumbo. Se refirió con respecto a Taiwán en dos sentidos: a la política oficial del reconocimiento de “una sola China”, como a evitar continuar con el abastecimiento de armas. Recuérdese que el negocio de los fabricantes de EE.UU. de armas es uno de esos métodos intervencionistas en los asuntos de terceros países.

Más cuando en Estados Unidos, dijo Gang, subsiste una percepción sobre China “seriamente distorsionada”, pues “considera a China como su principal rival y el desafío geopolítico más importante”. Peor cuando Estados Unidos, sigue, habla de un orden internacional basado en reglas, pero no sigue esas reglas, y eso “no es competencia leal sino confrontación maliciosa y falta (a las dichosas reglas)”.

Y, sobre las presumidas “barreras de protección” que alude Washington, dijo Gang, para “garantizar que no haya un conflicto con China, pero en la práctica, esto significa que se supone que Beijing no debe responder con palabras o acciones cuando es calumniado o atacado... Pero eso es simplemente imposible”.

Esta presentación del nuevo ministro de exteriores chino, solo apoyó la postura de su presidente Xi, que un día antes, en lunes, afirmó que “los países occidentales liderados por Estados Unidos han implementado la contención, el cerco y la represión integrales de China, lo que ha traído desafíos severos sin precedentes para el desarrollo de nuestro país”.

En pocas palabras, romper el cerco chino para Estados Unidos ahora le suma quebrar también el ruso. Pero, huesos duros de roer, no puede con el segundo tampoco con el primero.

Es decir, la alianza ruso-china representa para Estados Unidos un gran reto que no podrá brincar. No contra ambos países. Así, en cuanto el mundo cruce el vórtice de la guerra en Ucrania, las partes comenzarán a tomar su lugar. Y el mismo no estará comandado por Estados Unidos. Podrá participar, pero ya no con las reglas como venía operando, no desde la Guerra Fría pero sí desde la caída de la Unión Soviética. ¿Quién provocó a quiénes?

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*geopolítica.com, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., @sal_briceo.

09 de marzo 2023.