Por Salvador González Briceño*

*Dice el embajador Kent Salazar, que se dará trato de “socio” a México; que hay voluntad política de la administración Biden para tratar los temas en términos de “corresponsabilidad”. ¿Trato entre pares? Se verá.

En estos últimos días ha ocurrido algo tan peligroso como amenazante, posible solo en un ambiente de crispación o de precampaña, en el terreno de las relaciones entre México y Estados Unidos, dos vecinos cuya frontera de más de tres mil kilómetros fue establecida mediante la violencia y extirpación de más de la mitad del territorio mexicano.

Tan delicado que atenta contra la soberanía de México, como es la petición republicana para que los militares estadounidenses invadan suelo mexicano con la finalidad, según varios entrometidos legisladores, de resolver el problema de las drogas que tanta muerte está causando en cientos y miles de estadounidenses por el consumo de drogas, en particular el fentanilo.

Un tema, al fin —que no olvide el gobierno estadounidense—, que es creado, alimentado, controlado y aprovechado en última instancia por los propios Estados Unidos (y por qué no, legisladores incluidos de ambos partidos cuyas campañas son financiadas por agentes y promotores de no pocos “negocios turbios”), el del narcotráfico que en sus orígenes allá por los años 30, ha sido utilizado a partir de los años 70, como estratagema injerencista en los asuntos internos de terceros países como México, al igual que el resto de Latinoamérica.

Sí, porque tanto el problema de las drogas ha sido administrado por Estados Unidos, dado sus elevadas ganancias que al final van a parar a su sistema bancario y financiero, como cosecha del usufructo en sus propias bandas internas por la venta y consumo de una sociedad que, por cierto, a los propios Estados Unidos se les ha pasado la mano como problema de salud, peor si del control social se trataba.

El protagonismo electorero de Barr

El problema surgió en esta última etapa, porque hay otras en el pasado como amenazar con militarizar la frontera, cuando el ex fiscal general William Barr amenazó recién con tipificar de “terroristas” a las bandas del narcotráfico en México, que encierra una clara intentona intervencionista y militarista estadounidense.

En este caso es claro, como lo calificó el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que se trata de un asunto “electorero”, en referencia a las declaraciones de William Barr, quien estaría buscando regresar al cargo de procurador general, en caso de que Donald Trump consiga ser de nuevo el candidato presidencial para 2024, tomando a México de piñata por los buenos frutos conseguidos antes.

Sin embargo, la sola mención del tema del envío de militares a México y peor con el tinglado de “terroristas” a los carteles de las drogas ya se convirtió en un dilema peligroso para la soberanía de México. circunstancia amenazante que, desde luego, no obsta para que incluso se replantee o amplíen las estrategias para controlar el asunto de las drogas y las bandas dedicadas al narcotráfico.

Y, como la Fiscalía General en Estados Unidos solo sirve al presidente en turno y no para las acusaciones o quejas de los ciudadanos, es claro que las posturas de Barr se desnudan meramente tanto electoreras como políticas, en tanto sus peticiones ayudan a ir “calentando” el ambiente electorero entre los simpatizantes republicanos y, por cierto ya no, también entre la población latina para conseguir votos para el Partido Republicano. Pero acabaron con eso.

En seguirá vinieron las declaraciones de dos representantes de menor estatura, pero que quieren surgir como “grandes políticos” en defensa de los ciudadanos de sus colonias como también del mismo Partido Republicano, que anda como que desesperado en busca de estrategias y temas de impacto para conseguir volver al poder presidencial y si se puede con el casi innombrable para las elites del poder político-económico y electoral, el Deep Estate, el terrible Trump.

Se trata de los representantes Dan Crenshaw y Michael Waltz quienes en enero pasado presentaron una iniciativa para solicitar al Congreso que el ejército de Estados Unidos entre a combatir a los traficantes de fentanilo en el propio territorio mexicano. El fin es, dijo el político republicano Crenshaw, ayudar al pueblo de México a “liberarse de los cárteles violentos, los cuales sobornan a políticos y envenenan a los estadounidenses”.

Y porque son ellos, los cárteles mexicanos, quienes “intimidan, asaltan, secuestran, torturan y matan regularmente” a la población, exponen sendos legisladores en su propuesta. Dicha iniciativa está en la Cámara de Representantes, o cámara baja, siendo revisada en la Comisión de Asuntos Exteriores y en esencia propone que “se combata a cárteles mexicanos como el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación”.

Inaceptable intervencionismo

Para atender el asunto, la reacción de México no se hizo esperar en voz del propio presidente Obrador, quien en la segunda semana del presente mes, arremetió que resulta “inaceptable que Estados Unidos tenga actitudes de intervencionismo. Todavía es peor, agregó, que quieren utilizar la fuerza militar para intervenir en la vida pública de otro, invadir a otro país con la excusa de que van sobre narcotraficantes, terroristas. Desde luego es pura propaganda, sin embargo, hay que estar rechazando todas esas pretensiones de intervencionismo en México”.

Ah, pero la respuesta de Crenshaw a quien por cierto el presidente mexicano le dio fama, que es lo que busca porque no tiene más, reviró con filo. “Hoy el presidente de México dijo que se opone a mi proyecto de ley para autorizar la fuerza militar contra los cárteles. Me alegro de que finalmente se esté dando cuenta. (Y cuestiona:) @lopezobrador_, ¿cómo te sentirías si una pandilla estadounidense estuviera envenenando a 70,000 mexicanos cada año con fentanilo?”, escribió en sus redes sociales.

Y el representante fue más allá al ofender cuestionando al presidente de México a quién representa, si a los ciudadanos o a los cárteles de la droga. “Todo lo que queremos es enfrentarnos finalmente a los poderosos elementos criminales que aterrorizan al pueblo mexicano, sobornan y amenazan a los políticos mexicanos y envenenan a los estadounidenses. ¿Está en contra de eso, señor presidente? ¿A quién representas? ¿Los cárteles o el pueblo?”.

Palabrería vil y electorera, la de Crenshaw. Además de ignorante. Porque no sabe, o no ve —sin insultos— cuáles son los orígenes del problema de las drogas, a qué políticas responde, quiénes son los usufructuarios y han generado todo ese clima de asesinatos, tanto por las sangrientas pugnas por las “plazas” acá en México, como por los elevados impactos por el consumo, como el caso lamentable del veneno fentanilo entre estadounidenses.

El alebrestado Graham

Otra arremetida es la del senador republicano Lindsey Graham, quien de igual manera una semana después, se alebrestaba tan amenazante como bondadoso, así como se habían acostumbrado los “politiqueros” del Siglo XX al justificar sus atropellos para invadir países, como en Oriente Medio, Afganistán, Libia o Iraq. Porque “el pueblo mexicano está sufriendo por estos cárteles de la droga que han convertido al Estado en un narcoestado en algunas zonas”. De ahí a darse golpes de pecho en cualquier iglesia de cualquier creencia (lo dijo en sábado; pues al otro día).

Solo que ningún mexicano le ha pedido tamañas extravagancias, Sr. senador Graham. Cierto que se preocupa por “los más de 70 mil muertos que se registraron el año pasado en Estados Unidos relacionados con el fentanilo”, pero mejor ocúpese de las políticas internas         que hacen nada por atender el fenómeno propio, así como de los fabricantes de armas cuyo negocio en la frontera sur de ese país abastece a los cárteles en México para prolongar su actividad delictiva cuya principal venta es en territorio estadounidense.

Así, a la invitación de Graham de que Obrador “deje de jugar su juego” y trabajar en conjunto para erradicar el problema que afecta a los ciudadanos estadounidenses (¿solo a los estadounidenses?), el presidente de México calificó de “intento de intervencionismo por parte de Estados Unidos a México”, y porque su gobierno “no recibirá órdenes de nadie”.

En tanto se presume que, en el Senado de ese país, se presentará un proyecto de ley para promover declarar a los cárteles del narcotráfico en México como “organizaciones terroristas extranjeras”, ante el auge del fentanilo en dicho país. Agregando, el senador Graham, que en México se “permite” que las organizaciones criminales actúen con impunidad”.

En tanto el “listado” incluye como cárteles terroristas al de “Sinaloa, el Jalisco Nueva Generación, del Golfo, los Zetas, del Noreste, el de Juárez, el de Tijuana, de los Beltrán Leyva y la Familia Michoacana”. (Info: https://acortar.link/57Leii).

México se respeta

Causó revuelo que se calificó a México de “narcoestado” por el mismo Graham. Por ello el presidente Obrador respondió contundente: “No lo admitimos: A México se le respeta. No somos un protectorado de Estados Unidos, ni una colonia de Estados Unidos. México es un país libre, independiente, soberano; nosotros no recibimos órdenes de nadie y aquí manda el pueblo de México.”

En suma, personajes en Estados Unidos, con la característica que son republicanos todos, han incurrido en inaceptables ofensas en contra del pueblo y gobierno de México so pretexto del problema que nos endilgaron primero, el de las drogas. Es lo que ha generado indignación y repudio en México, la intentona intervencionista.

Ante lo dicho desde Estados Unidos, el presidente López Obrador replicó: “Para el combate al narcotráfico en especial para evitar, según el republicano, que llegue de México el fentanilo a Estados Unidos. De una vez fijamos postura: nosotros no vamos a permitir que intervenga ningún gobierno extranjero, y mucho menos que intervengan Fuerzas Armadas de un país extranjero en nuestro territorio.

“Y, desde hoy, vamos a iniciar una campaña de información a los mexicanos que viven y trabajan en Estados Unidos, y a todos los hispanos, para informarles lo que estamos haciendo en México, y cómo esta iniciativa de los Republicanos, además de irresponsable es una ofensa al pueblo de México, una falta de respeto a nuestra independencia y a nuestra soberanía.

“(Pero) si no cambian su actitud, y piensan que van a utilizar a México para sus propósitos propagandísticos, electoreros, politiqueros; nosotros vamos a llamar a que no se vote por ese partido. Por intervencionista, inhumano, hipócrita y corrupto.”

“Y, agregó, nosotros no tenemos consumo de fentanilo. Y lamentamos mucho lo que está pasando en Estados Unidos, pero por qué no atienden ellos el problema, por qué ellos no combaten la distribución de fentanilo en Estados Unidos y a los cárteles.

“Por qué no atemperan el incremento constante al consumo de las drogas. Por qué incluso permiten que sean legales las drogas en Estados Unidos. Como lo que hablábamos de estas pastillas autorizadas, incluso por la agencia de salud de Estados Unidos, supuestamente para quitar el dolor y que no producían adicción. Cuando se demostró que sí. Pero no solo eso, causaron la muerte a miles de estadounidenses. Qué hicieron entonces los del Partido Republicano.

“Por qué se comercializan armas de alto poder, como si se tratara de comprar cualquier mercancía. Sin ningún control, el 80 por ciento de las armas de alto poder que utiliza la delincuencia en México, se venden en Estados Unidos, ni siquiera hay un registro de parte de ellos. Es más, algunos legisladores del partido Republicano son financiados por las empresas que producen las armas para sus campañas.

Cero amenazas

“Entonces, vamos dialogando sobre este asunto. Vamos poniendo las cosas en claro, pero no es de que van a ofendernos y nos vamos a quedar callados. Ya no es el tiempo de antes, cuando nada más los opositores se defendían ante los agravios del gobierno de Estados Unidos.

“(Para atender el asunto), tenemos una reunión con la enviada del presidente Joe Biden, para el tema del fentanilo. Tenemos un informe que se le va a presentar y después el compromiso de seguir ayudando, de seguir apoyando. Pero no aceptamos las amenazas. No es el gobierno del Presidente Biden, son los Republicanos.

“Fue el coordinador de los Republicanos en el Congreso, en la cámara de representantes. Sí, es una actitud prepotente, alevosa, majadera desde luego intervencionista. ¿Cómo es eso de que va a presentar una iniciativa? Un acuerdo para intervenir en nuestro territorio como lo hacían antes. Una iniciativa para que las fuerzas armadas de Estados Unidos puedan introducirse en territorio mexicano.”

¿Qué le pasa? “Hoy eso es claro que no lo aceptamos, y tendría una respuesta de inmediato. Nada más esperar, si no cambia su trato hacia México, desde hoy comenzamos con una campaña informativa en Estados Unidos, para que todos los mexicanos, nuestros paisanos sepan de esta alevosía. De esta agresión de los Republicanos a México.

“Y si continúan con esa actitud vamos a estar insistiendo de que ni un voto de mexicanos de hispanos, a los que quieren su patria recordando aquello de Blades que, "el que no quiera su patria no quiere a su madre”. Ni un voto a los Republicanos, sea quien sea, no vamos a permitir que se afecte la dignidad de México.

“Porque es un pueblo independiente, soberano que costó mucho. De allá, de donde están hablando, todo eso era de México. Que no se olvide.            Estamos empezando. Pero ayer fue el colmo, que según el informe que me presentaron hoy por la mañana (viernes 10 de marzo), este señor se atreve a decir que van a utilizar a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, para introducirse en nuestro territorio.

“Eso es una invasión. Vamos a esperar a ver qué reacción va a haber en estos días; o sea, de qué se trata. Pero está claro que no nos vamos a dejar. Nosotros también vamos a exigir sanciones en su momento. Hoy podríamos acudir a la ONU. Hoy por eso estamos iniciando. Sí, queremos ver incluso la reacción de otros legisladores del Partido Republicano.”

Luego entonces, cabe la cuestión: ¿De qué se trata? Para comenzar, de recuperar el respeto por México, hipotecado por los entreguistas gobiernos neoliberales, e impedir que Estados Unidos se entrometa en los asuntos internos a costa de la soberanía de México.

Así el encontronazo entre México y Estados Unidos de cara a una muy compleja relación. Y por lo mismo no puede estar sujeta a ocurrencias, ofensas, insultos y menos a amenazas intervencionistas. Por muchas razones, la principal de orden histórica. Luego porque el problema de las drogas no es solo de México. También porque Estados Unidos no atiende su problema interno, ni la venta de armas en su frontera sur que abastece de armamento a los cárteles.

Ante todo, lo anterior, el embajador en México, Kent Salazar, ha declarado que se dará un trato a México de “socio”. Que hay voluntad política de la administración Biden para tratar los temas en términos de “corresponsabilidad”. ¿Trato entre pares? Se verá.

*geopolítica.com, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., @sal_briceo.

13 de marzo 2023.